Antes de cualquier tipo de sanación hay que tener claras dos cosas: 1ª Tu debes querer tu propio bienestar, amor hacia nosotros mismo, como manifestación de alegría y felicidad, porque somos parte del universo.
2ª Debes actuar de acuerdo con esta idea, amar a nuestros semejantes,cuando actuamos en su beneficio y mejora tu evolución y crecimiento espiritual.
Nuestro Yo Superior que pertenece al mundo espiritual y lo divino respeta profundamente nuestro libre albedrío y comienza a hacer realidad cualquier imagen que creamos en nuestra mente, con la finalidad de cumplir el nuevo encargo que hemos manifestado en el plano físico, de esta manera nosotros mismos estamos creando nuestro continuo, nuestra propia realidad y configurando nuestro futuro.
Pero el problema está en que la ley universal funciona en dos sentidos, lo positivo, lo negativo.
Por ello debemos ser consecuentes del poder de las imágenes mentales y los pensamientos, de las palabras y tener presente que cada una de ellas son semillas de una realidad próxima que sólo espera el momento para cumplir, porque nosotros lo hemos querido así.
La importancia de seguir los mensajes internos que el cuerpo físico nos manda ante cualquier enfermedad o malestar se manifiesta con anterioridad en los planos energéticos, y el Yo Superior que todo lo sabe y nos avisa con anticipación que algo no marcha bien, y percibimos avisos o mensajes sútiles e intuitivos que nos intentan comunicar que existe una disfunción energética en nuestro cuerpo, produciéndose una desarmonia que debemos prestar atención.
Pero generalmente estamos ocupados con cosas secundarías y no prestamos la suficiente atención a estas señales que nos sugieren que debemos moderar el ritmo, y cuidarnos, ignoramos estas advertencias que provoca aumentar la desarmonía en nuestro ser, y acumular estrés y bloqueos energéticos, sendo caldo de cultivo idóneo para la aparición de un miasma que es un estado de desarmonía y desequilibrio propicio para que se desarrolle la enfermedad física o emocinal. Al no hacer caso de las señales internas favoreciendo la aparición de desequilibrios y futuras enfermedades.
El estrés constante a que nos somete la vida cotidiana daña el sistema inmulógico, sometido a tensión.
Por ello las sesiones de Reiki, acompaña y da una sensación costante de armonía y felicidad, una satisfacción vital, nos produce la sintonia del amor incondicional y recibir este libre fluir de la energía.
Salud
Juan Manuel Miyagui
proximo tema: Somos seres de Luz
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